La Escuela de Artes Marciales abrió sus puertas el 2 de enero de 2017, nacida del sueño y la pasión del profesor Henry Tamayo. Lo que empezó en un modesto salón escolar, sin equipo ni recursos, pero con la firme voluntad de ser los mejores, se convirtió en un espacio donde personas de todas las edades entrenaban desde el amanecer. Desde sus inicios, la escuela se destacó por fomentar un ambiente de apoyo mutuo, donde los más experimentados compartían sus conocimientos y todos trabajaban juntos en un ambiente de máximo respeto.

Con el tiempo, la escuela se fue fortaleciendo y participó en campeonatos nacionales e internacionales, logrando incluso ganar una Copa Sudamericana. Más allá de los logros deportivos, Henry siempre ha enfatizado la importancia de la meditación y el bienestar emocional. Sus palabras, “Nunca dejen lo de hoy para mañana, porque eso es excusa”, resuenan en cada entrenamiento, recordando a todos que la disciplina y el trabajo diario son la clave del éxito.

Hoy, la escuela es un refugio para aquellos que buscan no solo entrenamiento físico, sino un espacio para desestresarse, relajarse y sanar. Los alumnos afirman que la escuela se ha convertido en un segundo hogar, donde el apoyo mutuo y el espíritu de comunidad permiten a todos salir con la mente despejada y el corazón fortalecido. Henry ha trabajado incansablemente para asegurar que cada nuevo talento tenga la oportunidad de alcanzar sus sueños, promoviendo el Muay Thai como un camino de vida que va más allá del deporte y se convierte en una herramienta para el desarrollo personal y la superación de cualquier obstáculo